Una de las ciudades que más me fascinó de la India fue Udaipur, para mí la ciudad de las mil y una noches, con sus hermosos y fastuosos palacios de los antiguos marajás. Una noche tuve el privilegio de asistir a un espectáculo de bailes típicos y títeres, y de ahí surgió la inspiración. Pinté este cuadro imaginando que el titiritero ofrecía un espectáculo de títeres a un marajá, que está representado sustituyendo a la luna con su gran bigote.
El cuadro está pintado sobre espejo, así sus colores brillan más y como he dejado sus estrellas sin pintar generan bonitos efectos luminosos.
Mide 35 x 80 cm